Seguramente, alguna vez habrás escuchado sobre los waist trainers y si no, entonces bastará con darle un vistazo a las redes sociales de Kim Kardashian o Kylie Jenner para reconocerlos de inmediato. Ahora, estos famosos moldeadores de cintura —que en pleno 2020 todavía evocan los icónicos corsets que parecían extintos—, se han convertido en la sensación para lograr una figura mucho más curvilínea.
Pero más allá de su tremenda efectividad (porque sí, en verdad funcionan para conseguir una cintura mucho más pronunciada), existen múltiples factores que se anteponen a sus soñados beneficios los cuales, créemos, llegó el momento de cuestionar. Y es que, casi siempre, la búsqueda de la perfección corporal puede llegar a ser algo (o bastante) truculenta.
¿Qué es y cómo funciona un waist trainer?
Un waist trainer (‘moldeador de cintura’ como se traduciría literalmente) se trata de una banda de compresión elástica que, a manera de fajilla o corset, moldea la figura para reducir la cintura, logrando la deseada silueta de reloj de arena. Estos suelen utilizarse durante las rutinas de ejercicio sencillas o a lo largo del día (entre cuatro y ocho horas), para conseguir un resultado mucho más rápido y efectivo.
¿Cómo te afectan realemente los waist trainers?
- Restringen la correcta entrada de aire
Al utilizar estas fajillas, estás ocasionando que tu caja torácica se comprima, inhibiendo su correcto funcionamiento y dificultando la entrada de aire a tu cuerpo. ¿La razón? Los waist trainer impiden que el diafragma pueda contraerse y relajarse por completo, interfiriendo en la expansión completa de los pulmones.
Y si piensas que esto es malo cuando te encuentras en total reposo, ¡imagínate lo que sucede cuando se usa mientras haces ejercicio! Desde luego, la entrada de oxígeno es menor.
- Debilitan tus músculos abdominales
Está comprobado que el uso prolongado de los waist trainers puede llegar a debilitar tus músculos. Y es que, aunque pareciera que la compresión de estas fajas hace que tu cuerpo se contraiga, lo cierto es que evita que los músculos trabajen por sí solos, acostumbrándolos a obtener “ayuda extra”. Con el tiempo termina por hacerte perder fuerza y definición tanto en el abdomen como en la espalda.
- Presionan tus huesos y órganos internos
No es un secreto que la presión que ejercen este tipo de moldeadores de cintura comprima los órganos y los huesos tras un uso diario y prolongado. De hecho, es justo esta clase de presión la que puede impide un correcto funcionamiento corporal e incluso, llegue a ocasionar daños secundarios.
- Te hacen propensa al prolapso post parto
Tras el embarazo, los músculos de la zona pélvica tienden a debilitarse lo que, en algunas mujeres, puede ocasionar un problema conocido como prolapso. Esta condición de distingue por el desplazamiento y descenso de algunos órganos pélvicos que terminan por asomarse a través de la vagina.
Utilizar waist trainers frecuentemente, ya sea antes o justo después del embarazo, puede hacerte mucho más propensa a sufrir este tipo de problemática, ya que tus músculos no se encuentran acostumbrados a mantearse firmes por sí solos.
- Ocasiona problemas digestivos
Sí, tu intestino también sufre el mismo tipo de presión que los entrenadores de cintura ejercen sobre otros órganos. Esto un ‘waist trainer’ puede entorpecer las funciones digestivas, ocasionando reflujo o hasta una modificación en la cantidad de comida que puede ingresar a tu cuerpo.