Con poco más de 10 mil habitantes, la también llamada ‘Pequeña África’, ubicada en el distrito de Greenwood, del lado norte de Tulsa, Oklahoma, en Estados Unidos, se convirtió a principios del siglo XX en una prospera comunidad de afroamericanos. La meca, era considerada como Black Wall Street, debido a su gran crecimiento económico.
Al final de la Primera Guerra Mundial, en 1919, el regreso de los combatientes del ejército estadunidense propició el aumento en la presencia de armas, aunado a los estereotipos de la supremacía blanca en las estructuras de poder del estado de Oklahoma, en particular en Tulsa, generó un ambiente de animadversión hacia la comunidad negra.
Durante ese mismo año, ocurrió el fenómeno denominado ‘Verano rojo’, durante el cual se desató una serie de disturbios y crímenes de odio en contra de personas de la comunidad negra en varias ciudades de Estados Unidos.
VIOLENCIA Y RACISMO
Diferentes versiones, apuntan a que, el episodio que desencadenó los hechos violentos, ocurrió el lunes 31 de mayo de 1921, en el elevador del edificio Drexel cuando un joven afroamericano, Dick Rowland, de 19 años, y la niña Sarah Page, de 17 años, que trabajaba como operadora de dicho elevador, se encontraban en el interior de este. De pronto, comenzaron a escucharse gritos de parte de Sarah. No se conoce con certeza qué ocurrió aquella mañana en la que, posterior a los gritos, los dos adolescentes simplemente salieron corriendo.
El joven Rowland fue detenido por la policía, y la prensa local pronto comenzó a especular sobre lo sucedido. Los diarios de Tulsa divagaron sobre la posibilidad de un ataque sexual en contra de la niña Page de ascendencia blanca. Al poco tiempo, un tumulto de personas blancas de reunieron afuera del palacio de justicia para exigir el esclarecimiento de los hechos.
Por su parte, otro grupo de personas afroamericanas se reunieron también en el perímetro del palacio de justicia con la proclama de liberar a Rowland. Incluso se ha dicho que varios hombres estaban armados.
Los hombres blancos se dirigieron a Black Wall Street con el único objetivo de arrasar con todo a su paso. Asesinaron a miles de personas, saquearon y prendieron fuego a cada una de las casas y negocios del lugar. Durante dos días seguidos, la turba destruyó el asentamiento de personas de piel negra más exitoso hasta ese momento.
El clima de desolación asoló Greenwood dejando a la ciudad en ruinas. Miles de hogares fueron destruidos. Se dice que muchos de los cuerpos nunca fueron encontrados, y los sobrevivientes huyeron a otros estados. Al día siguiente se declaró la ley marcial, con lo que se otorgaron facultades a las fuerzas armadas con el objetivo de resguardar el orden público en la zona.
Excélsior, El Periódico de la Vida Nacional, dio cuenta de la noticia el 02 de junio de 1921, “Se declaró la ley marcial en Tulsa, Oklahoma”, se puede leer en el cabezal de la nota. La información de amplió de la siguiente manera:
“El martes en la noche ocurrieron sangrientos choques entre blancos y negros. Hubo muchos muertos y heridos.
Se sabe que nueve blancos resultaron muertos en una colisión ocurrida anoche en esta ciudad, por cuestiones de raza, calculándose que asciende a sesenta y cinco el número de negros muertos.
Además de esto, numerosos blancos y negros salieron heridos y todo el barrio de la ciudad habitado por gentes de color, se haya convertido en un montón de ruinas humeantes.
Las pérdidas materiales ascienden a varios miles de dólares. Las autoridades han declarado la ley marcial en la población y varios centenares de guardias nacionales se dedican en estos momentos en patrullar los puntos estratégicos.”
Al día siguiente, esta casa editorial informó sobre el fin de los actos violentos, además de hacer un recuento de los daños. A pesar de que la información fluía a cuentagotas.
“Se restableció la tranquilidad en Tulsa, Oklahoma”
TULSA, Oklahoma. Durante la noche de ayer prevaleció completa calma en Tulsa, debido a las enérgicas medidas tomadas por las autoridades con motivo de la aplicación de la ley marcial, declarada a raíz de los sangrientos desórdenes de que fue teatro la ciudad.
Según los informes que publican los periódicos, hubo numerosas colisiones y saqueos, calculándose en cien el número de personas que resultaron muertas, en tanto que el de heridos asciende a varios centenares. Los perjuicios a la propiedad, se estiman en un millón quinientos mil dólares.”
Greenwood logró resurgir de las cenizas. En los años noventa se intentó reconstruir la historia. Recientemente se reabrió la investigación para estudiar el caso a profundidad a cien años del mayor crimen racista en el país norteamericano.
Hoy en día, no se tiene registro de la matanza, mucha información desapareció de los archivos. Solo existe un número reducido de fotografías que aparecieron años después para usarse de manera injuriosa por parte de grupos radicales; fueron utilizadas para ilustrar postales de la ciudad. Además, en medio de la controversia que se generó entre la sociedad de Tulsa, la noticia fue manejada en los medios como un motín.
Actualmente, la represión contra las personas de color es algo muy frecuente, sin embargo, eso no es algo nuevo. La segregación racial y todos los elementos sociales que en ello intervienen es algo complejo de comprender hasta nuestros días.