NADA QUE FESTEJAR

Columna: A TÍTULO PERSONAL

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Por Sergio Arturo Duarte Méndez

Conecta Juárez

En un club como Bravos FC Juárez -que en mayo del 2015 apresuró su surgimiento un año en la entonces Liga de Ascenso debido al fortalecimiento del proyecto Indios UACJ de Segunda División que contrató al técnico Marcelino Bernal- en el que todo y, a la vez nada pasa, en su sexto aniversario hay muy poco o nada que celebrar en diferentes aspectos, no sólo en el deportivo sino también en el social, ámbito en el que el equipo no logra prender en los corazones del grueso de los adeptos al balompié en esta frontera.

A poco más de media década de su nacimiento, los objetivos incumplidos dentro y fuera de la cancha, como el no haber logrado subir a la máxima categoría en el terreno de juego, con una final ganada en el Apertura 2015 y tres perdidas -una de ascenso contra Necaxa en el 2016 y dos de liga frente a Lobos BUAP y Alebrijes Oaxaca, en 2017-, la falta de crecimiento de la institución que no cuenta con instalaciones propias de primer nivel para entrenar -algo de lo que sí gozó el CF Indios, a pesar de tener a Francisco Ibarra como dueño único- y, una imagen en la ciudad y en el país que no corresponde a la de una escuadra de Primera División Nacional con tamaños para pensar en cosas grandes, caracterizan el andar de Bravos en el futbol.

La irreal oportunidad a jugadores locales y la falta de producción de jóvenes valores con proyección para hacer una carrera larga en Primera Nacional, son otro par de pequeñas y, a la vez, grandes asignaturas pendientes en Bravos que, igualmente carece oficinas propias, olvídese ya de un estadio, así como de entrenadores de fuerzas básicas realmente capacitados, entre cientos de detalles más.

Siempre es y será muy loable que los empresarios inviertan y arriesguen su dinero en el futbol profesional con la idea de brindar una opción más de entretenimiento a los ciudadanos, de poner en el foco nacional a esta tierra y que los pequeños y jóvenes tengan en los futbolistas buenos ejemplos a seguir, ello no está en tela de juicio.

Pero, también es cierto que el proyecto Bravos no ha llenado para nada las expectativas de los aficionados fronterizos en este lapso y es un vivo ejemplo de cómo no hacer las cosas a nivel directivo, situación que se ha reflejado y ha permeado a la cancha por igual, desde el primer equipo, el representativo femenil y las divisiones inferiores.

Y es que en seis años, en un equipo en el que los malos tratos a los jugadores -recuerde los casos de Cirilo Saucedo (obligado al retiro por el rompimiento con el entonces dirigente Álvaro Navarro), de Raúl Enríquez y ‘Betao’, las contrataciones de extranjeros de ‘medio pelo’ o ‘poca monta’ como el ‘Indomable’ Rafael Ramazotti o los mismos paraguayos Blas Armoa y William Mendieta, los errores abundan y los aciertos escasean.

Como muestra, están el paulatino desmantelamiento del plantel que alguna vez tuvo Gabriel Caballero, los pésimos resultados obtenidos en el Guardianes 2021 que le costaron la cabeza al presidente ejecutivo Guillermo Cantú, quien durante su gestión tuvo en el banquillo a tres entrenadores diferentes, el propio Caballero Schiker, Luis Fernando Tena y Luis Alfonso Sosa.

En este contexto, luego del peor torneo corto en su breve historia, el presente de Bravos en Liga MX no es para nada más halagüeño que el pasado en Liga de Ascenso.

Tras la salida de Cantú del equipo el 6 de mayo, fiel a su hermetismo, oficialmente, Bravos no tiene presidente -en medios nacionales se informó del ascenso de José Antonio ‘Tato’ Noriega como interino- ni director deportivo y tampoco ha anunciado la permanencia o salida del equipo del entrenador Sosa Cisneros.

Lo único que hay hasta ahora son las bajas de media docena de jugadores: Enrique Palos, Luis López, Elio Castro, Brian Rubio, Alan Mendoza y L. Hernández, con el arranque del Apertura 2021 a la vuelta de la esquina, programado para el 22 de julio.

Totalmente en el aire, con situaciones que se prestan a rumores y a la especulación en redes sociales, en Bravos suena aún muy fuerte el nombre del expresidente de Tigres Miguel Ángel Garza, objeto de una auditoría e investigación de parte del Grupo CEMEX-Cinergía por supuestos malos manejos y movimientos sospechosos en la compra de jugadores.

De acuerdo con medios regiomontanos, la idea original era que Garza, Alberto Palomino, exabogado de Tigres, e incluso el entrenador Ricardo ‘Tuca’ Ferretti inyectaran a Bravos 120 millones de pesos y tomaran las riendas del FC Juárez, una especie de renta y administración del equipo.

Hoy, a última hora medios nacionales han confirmado el arribo de Ferretti y Garza al FC Juárez.

Bajo este escenario, aún sin refuerzos, en su sexto aniversario, las cosas lucen mucho más oscuras para el FC Juárez que como terminaron en el Guardianes 2021, en el que el equipo se hizo acreedor a una multa de 50 millones de pesos por ocupar el antepenúltimo lugar en la tabla de cociente. Tiempo al tiempo.