De lo contrario se aumenta el riesgo de padecer enfermedades como cirrosis hepática, hígado graso y diversas variantes de hepatitis, las cuales pueden repercutir en síntomas como el color amarillento en la piel y ojos, hinchazón y dolor abdominal, picazón en la piel, orina color oscuro, heces pálidas, fatiga crónica, náuseas y pérdida del apetito, comentó.
Con el tiempo, las afecciones que dañan el hígado pueden provocar cicatrización e insuficiencia hepática, sin embargo el tratamiento oportuno puede prevenir afectaciones que podrían ser mortales.
Por lo anterior, es importante que la ciudadanía tome conciencia sobre los cuidados de su salud y acudan regularmente a la valoración con un médico.