A medida que las muertes por COVID-19 superan los 2,6 millones en las Américas y se levantan las restricciones, los países deben prepararse para responder rápidamente a nuevas variantes o brotes
Washington D.C. 9 de marzo de 2022 (OPS) – Al cumplirse dos años desde que la COVID-19 fue caracterizada como pandemia, y en momentos en que se están levantando las medidas de salud pública en muchas partes de las Américas, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, advirtió a los países que es demasiado pronto para bajar la guardia.
“Cuando los lugares relajan las medidas en el momento equivocado, la transmisión se dispara en forma peligrosa y perdemos más vidas”, afirmó hoy la doctora Etienne en una rueda de prensa e instó a los países a basar sus decisiones en evaluaciones de riesgo y datos sanitarios, así como a reforzar las medidas si los casos aumentan.
“Es probable que COVID-19 esté aquí para quedarse. Debemos aprender a vivir con este virus y adaptarnos rápidamente a los nuevos cambios”, añadió la Directora de la OPS.
Al reflexionar sobre los dos últimos años de pandemia, dijo que las Américas se han visto más afectadas que cualquier otra región del mundo, con más de 2,6 millones de vidas perdidas, la mitad de todas las muertes mundiales. “Esta es una tragedia de enormes proporciones, y sus efectos se sentirán durante años”, agregó.
También advirtió que “la pandemia sigue siendo hoy una amenaza”, ya que los países experimentaron cifras récord de nuevas infecciones durante la ola de la variante ómicron, y las Américas representaron el 63% de los nuevos casos mundiales sólo en los dos primeros meses de 2022.
“Todos queremos que la pandemia termine, pero el optimismo por sí solo no puede controlar el virus”, consideró Etienne, y pidió a los países que “continúen atentos”.
Los países deben aprovechar las lecciones de los dos últimos años para prepararse para una acción rápida y ajustar las orientaciones de salud pública si surge una nueva variante o se producen brotes, asegurando una vigilancia continua y facilitando las pruebas incluso cuando la transmisión es baja, indicó.
La Directora de la OPS también hizo un llamado a abordar las inequidades que han sido exacerbadas por la pandemia, destacando que en América Latina y el Caribe, 248 millones de personas aún no han recibido una sola dosis de la vacuna COVID-19, en particular aquellos que se encuentran en áreas rurales de difícil acceso y en comunidades desatendidas.
“Nuestras victorias contra la COVID-19 nos muestran lo que es posible cuando trabajamos juntos y utilizamos las herramientas que sabemos que son eficaces”, dijo la doctora Etienne refiriéndose a los avances realizados en la lucha contra el virus en el último año, como las medidas de salud pública para frenar la propagación, las vacunas seguras y mejores opciones de tratamiento.
En cuanto a la situación de la COVID-19 en la región, la Directora de la OPS informó que los casos disminuyeron un 26% en las Américas en la última semana y las muertes también se redujeron casi un 19%.
Sin embargo, el número de casos notificados puede no reflejar con exactitud la situación en algunos países dado la posible reducción en la realización de pruebas, señaló.
A pesar del descenso general de casos y muertes en la región, los casos nuevos aumentaron un 2,2% en el Caribe. Bolivia y Puerto Rico también informaron un incremento de las muertes en la última semana.