Cada minuto, un niño más se suma a los cerca de ocho millones de menores de cinco años en riesgo de morir por emaciación grave en 15 países afectados por la crisis de hambre que los asola, alertó este jueves el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Esos pequeños morirán a menos que reciban alimentos y atención terapéutica inmediata, añadió UNICEF, instando a los donantes internacionales, específicamente a los países integrantes del G7, a aportar 1200 millones de dólares para ese propósito.
La petición de la agencia se produce antes de la celebración de la cumbre del G7.
La agencia de la ONU detalló que la creciente crisis alimentaria mundial ha agregado en lo que va del año 260.000 niños, o uno cada minuto, al total de los que sufren emaciación grave en los 15 países más afectados.
UNICEF estima que al menos 40 millones de niños padecen inseguridad nutricional grave en esos 15 países, lo que significa que no reciben la alimentación mínima y diversa que necesitan para crecer y desarrollarse en la primera infancia.
Además, 21 millones de niños enfrentan inseguridad alimentaria grave, es decir, no tienen acceso a una cantidad suficiente de alimentos para satisfacer las necesidades alimentarias mínimas, lo que les expone a un riesgo elevado de padecer emaciación grave.
La forma más visible y letal de la malnutrición
La emaciación grave es la forma más visible y letal de la malnutrición. El debilitamiento del sistema inmunológico aumenta el riesgo de muerte entre los niños menores de 5 años hasta once veces más que entre los niños bien alimentados.
“Es difícil describir lo que significa que un niño sufra ‘emaciación grave’, pero cuando se conoce a un pequeño que la padece, se entiende y”, dijo la directora ejecutiva de UNICEF.
“Los líderes mundiales reunidos en Alemania para la reunión ministerial del G7 tienen una oportunidad limitada de actuar para salvar las vidas de estos niños. No hay tiempo que perder. Esperar a que se declare la hambruna es esperar a que los niños mueran”, puntualizó Catherine nunca se olvida Russell.
UNICEF se refirió recientemente a los actuales niveles mundiales de desnutrición infantil grave como un “polvorín potencial”.
Russell sostuvo que ahora se observa cómo el polvorín “ha creado las condiciones para que aumenten los niveles extremos de emaciación infantil y comienza a incendiarse”.
Los niños hambrientos no se salvan con sacos de trigo
“La ayuda alimentaria es fundamental, pero no podemos salvar a los niños hambrientos con sacos de trigo. Necesitamos llegar a estos niños ahora mismo con tratamiento terapéutico, antes de que sea demasiado tarde”, recalcó.
UNICEF explicó que el aumento de los precios de los alimentos, debido en parte a la guerra en Ucrania; la sequía persistente debida al cambio climático en algunos países, combinada a veces con un conflicto; y las repercusiones económicas de la pandemia agudizan la inseguridad alimentaria y nutricional de los niños en todo el mundo, lo que provoca niveles catastróficos de malnutrición grave entre los menores de 5 años.
El precio de los alimentos terapéuticos listos para usar, que se utilizan para tratar la emaciación grave, también se ha disparado en un 16% en las últimas semanas debido a un fuerte incremento del costo de las materias primas, colocando a otros 600.000 niños en peligro de morir si no reciben acceso a un tratamiento adecuado.
Para responder a la emergencia, UNICEF amplía sus operaciones en los 15 países más golpeados: Afganistán, Burkina Faso, Chad, Etiopía, Haití, Kenya, Madagascar, Malí, Níger, Nigeria, República Democrática del Congo, Somalia, Sudán, Sudán del Sur y Yemen .