INDIOS DE CIUDAD JUÁREZ +22 AÑOS SIN CORONA EN EL ‘REY DE LOS DEPORTES’

Columna A TÍTULO PERSONAL por Sergio Arturo Duarte Méndez

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Máquina Deportiva

Auténticos protagonistas en la pelota estatal, asiduos asistentes a los playoffs, serios contendientes y aspirantes al título por esencia y tradición e imán de taquilla junto a los Mineros de Parral, Dorados de Chihuahua y hoy por hoy, los tricampeones Algodoneros de Delicias, los Indios de Ciudad Juárez viven la sequía más larga en su historia sin un gallardete en el circuito de Primera Fuerza.

De aquel domingo 22 de octubre del 2000, cuando Pablo ‘Pistolero’ González conectó el doble que marcó la diferencia en la pizarra y significó el gallardete para la tribu del manager Enrique ‘Pelón’ Licón sobre los Dorados de Chihuahua, con triunfo de 1-0, en el séptimo y decisivo juego, en el hoy derruido Estadio ‘Corona 2000’ hasta ahora, han pasado más de 22 años y el título no regresa a esta ciudad.

La actual malaria sin gloria y sin honor en el ‘rey de los deportes’ para la novena fronteriza supera ya el precedente de 22 años sin campeonato que los indígenas cargaron a cuestas, como su cruz, entre 1974 y 1996.

Esta racha terminó el domingo ocho de septiembre de 1996, en el Parque Jaime Canales Lira con el cetro obtenido por la escuadra que dirigió Ricardo ‘Bacatete’ Fernández, que derrotó a los Dorados de Chihuahua 4 juegos a 1 y se quedó con el cetro.

Año con año, la historia se repite, el desenlace es realmente triste y, la situación, desesperante, en especial para la afición de la tribu que exige y sueña cantar ‘Aquel Amor’ en el estadio con el trofeo por todo lo alto, al lado de sus jugadores.

Como los maderos de San Juan, managers locales y foráneos vienen y van, generaciones de peloteros viven su tiempo y se agotan, camadas de prometedores jóvenes beisbolistas locales se pierden ante la falta de una real oportunidad en el equipo grande, jurisdiccionales toman el timón de la Zona Uno, cumplen su ciclo y no encuentran la fórmula que el extinto Manuel ‘Panela’ López aplicó en los referidos campeonatos de 1996 y 2000.

Entre el 2009 y el 2019, los Indios han disputado seis series finales, todas las han perdido y, en las ceremonias de premiación, las caras largas de jugadores y directivos de casa, han sido una constante.

Cinco de esas derrotas fueron ante los Mineros de Parral (2009, 2012, 2013, 2014 y 2017) y, la más reciente, a manos de los Algodoneros de Delicias (2019), en una batalla en la cual, los indígenas tuvieron en la olla y a fuego lento a los ‘Vencedores del Desierto’, tres juegos a uno.

Al final, increíblemente del plato a la boca se cayó la sopa y bajo una estela de suspacias, dudas y sospechas generadas por la actuación de los Indios, los Algodoneros se marcharon a casa con el trofeo en sus maletas.

Durante este lapso de grandes frustraciones, fracasos y desilusiones, como si la misión fuera autodestruirse, -incluso antes de enfrentar a sus rivales en el terreno de juego-, los Indios han padecido divisiones internas, rompimientos entre managers y peloteros o manejadores y jurisdiccionales, los cuales, han salido a la luz pública.

También, se han dado fugas de timoneles y peloteros a otras zonas, errores de logística, vedetismo en los peloteros, ‘grillas’ y falta de armonía en el dugout, más amor al dinero que a la camiseta, jugadores que no cumplen con las expectativas pese a su currículum, trayectoria y estatus, entre otros factores que han incidido determinantemente en la no consecución del campeonato para Ciudad Juárez.

Incluso, para algunas personas del medio de la ‘pelota caliente’ juarense ha habido ‘mano negra’ en contra de los Indios, quienes en las dos últimas temporadas, bajo la gestión de Alfredo García y su hijo Heber García, han sido eliminados en la primera ronda de los playoffs .

Con toda proporción guardada y obviamente sin la misma cantidad de años, los Indios de Ciudad Juárez viven, a su manera, una maldición al estilo de los Cachorros de Chicago.

Por 71 temporadas consecutivas, los Cachorros navegaron sin éxito (1945 a 2016), en las Grandes Ligas hasta que en 2016, derrotaron a los entonces llamados Indios de Cleveland -hoy Guardianes de Cleveland’, en la Serie Mundial.

De este modo, terminaron con el hechizo de la cabra Billy.

La historia cuenta que esta legendaria maldición nació cuando el aficionado William ‘Billy’ Sianis compró dos boletos para ver en acción a los Cachorros de Chicago contra los Tigres de Detroit en la Serie Mundial, uno para él y otro para su cabra.

Fue el propio Philip K. Wrigley dueño del equipo quien supuestamente le pidió a Sianis que saliera del Wrigley Field por el mal olor de su mascota.

Fue entonces que molesto, el inmigrante griego maldijo al equipo de la Ciudad de los Vientos: “Malditos Cubs, no volverán a ganar”.

A semanas del arranque de una nueva temporada en la Liga Estatal Chihuahua, la dolorosa herida por la ausencia de títulos en Indios de Juárez sigue abierta entre sus fieles seguidores y no sanará hasta que la tribu consiga el soñado gallardete número 12 en la historia.

¿Esto cuándo ocurrirá?

Sólo el tiempo lo dirá.

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