De lavar baños en un antro se convirtió en influencer; hoy que tiene la atención en “La casa de los famosos” busca dar mensajes de inclusión y aceptación… Y ganar los 4 millones de pesos
Hubo un tiempo en el que nadie observaba a Wendy Guevara cuando, hace apenas seis años, se ganaba la vida entre las cuatro paredes de los baños que limpiaba en un antro, tema que aborda con orgullo:
“Lavaba retretes y la verdad es que la limpieza no me da asco absolutamente en nada, yo limpio todo y soy súper abierta con ese tema de la limpieza, no me importa tallar los pisos con un cepillo de dientes”, dice convencida a EL UNIVERSAL.
Hoy de nueva cuenta está entre cuatro paredes, pero esta vez rodeada de 60 cámaras y 80 micrófonos que vigilan todos sus movimientos dentro de “La casa de los famosos”, donde aspira a llevarse un premio de 4 millones de pesos.
Su salto a convertirse en una celebridad ocurrió en 2017 cuando se volvió viral gracias al video en el que aparecía junto a su amiga Paola Suárez diciendo “estamos perdidas”; tras ese impulso en las redes sociales comenzó a desfilar por alfombras rojas, como la de los MTV Millennial Awards (Miaw) en donde ganó dos estatuillas.
Wendy lo sabe, por eso está ahí y lo aprovecha para contar su historia de transformación para que sirva de inspiración a otros miembros de su comunidad.
“Quiero que más personas de la comunidad gay que sienten que no pueden, se vean en mí, que se reflejen y que (vean) que querer es poder. No porque tengamos otras preferencias sexuales no podemos hacerlo”.
A sus 29 años siente que está en el mejor momento de su vida, se ha liberado y quiere aprovechar su juventud para divertirse, para mostrarse tal cual es. La madurez ya vendrá después, asegura.
“Soy una persona alegre, buena onda, súper desmadrosa, me encanta la fiesta. Estoy en mi mejor momento para echar mucho desmadre”.
En dos semanas dentro de la casa más famosa, Wendy se sabe una persona confiada, abierta y transparente y algo más.
“No es que yo quiera serlo, pero como yo nací en las redes sociales he sido muy transparente con la gente y mis seguidores saben que soy polémica en ocasiones, no porque yo lo quiera ser”.
La pena se quedó en el armario. Las 60 cámaras que la siguen no la cohiben ni en el baño.
“Jamás, es lo que más me gusta, soy exhibicionista, me gusta que me vean todo. No me da pena mostrar nada de mi cuerpo y si me ven por accidente pues ni modo, mejor me acomodo para que me vean mejor, no tengo pena”.
La youtuber, al igual que los demás inquilinos de la casa, entre los que se encuentran Paul Stanley, Sergio Mayer, Poncho de Nigris, Raquel Bigorra, Emilio Osorio y Apio Quijano, entre otros, piensa en el premio que ganaría si logra llegar hasta el final: se trata de 4 millones de pesos
“Lo primero que haría sería ayudar a mi familia, obviamente para que mis papás no trabajen. Uno debe tener seguridad. Me compraría una casa y viajaría por el mundo”.