El campamento ha cerrado sus puertas a nuevos ingresos y se dedica exclusivamente a brindar apoyo a aquellos migrantes que fueron retirados de los alrededores de la Presidencia Municipal a finales del mes de mayo, dijo el funcionario.
En un principio el campamento recibió a 243 personas, pero un número considerable de ellas han avanzado en sus procesos migratorios y han abandonado este alojamiento ubicado en la calle Moctezuma y David Herrera Jordán.
Dentro de las instalaciones se proporcionan colchonetas, agua potable, sanitarios, aire acondicionado y alimentación completa, asegurando así los servicios básicos fundamentales para el bienestar de los residentes durante su estancia. Además, se ha implementado un sistema de seguridad a cargo de la policía municipal para garantizar la tranquilidad de las personas en situación de movilidad.
El defensor de derechos humanos mencionó que en el campamento aún residen personas provenientes de países como Venezuela, Colombia, Ecuador, El Salvador y Honduras, quienes buscan una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida y brindar un futuro mejor a sus familias.
González Reyes explicó que para aquellos migrantes que recientemente han llegado a la ciudad existe una red de albergues que son atendidos por diversas instituciones y organizaciones religiosas, así como el albergue Kiki Romero, manejado por el Gobierno Municipal y el Centro Integrador para Migrantes “Leona Vicario”, bajo la responsabilidad del Gobierno Federal.
Señalo que el Gobierno Municipal, en colaboración con otras entidades gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, continúa trabajando para garantizar la dignidad y los derechos de las personas migrantes en la ciudad. Se busca establecer mecanismos efectivos que permitan una migración segura, ordenada y regular, así como promover la solidaridad y el respeto hacia los derechos humanos de aquellos que han dejado su lugar de origen en busca de mejores oportunidades.
