Solamente el ex Canciller Marcelo Ebrard Casaubón pensaba que el proceso de selección interna, era el único instrumento de decisión para entronizar a la corcholata ganadora.
Para una gran parte de los mexicanos, Marcelo es por sí mismo, el perfil ideal para ser presidente de México.
Yo mismo lo suscribí en mi libro; ESCENARIOS 24, publicado en octubre de 2021.
Sin embargo, él mismo fue alejándose de la oportunidad de serlo, por no saber leer las señales del Tlatoani, de Macuspana.
Supuso que con su trayectoria personal, conocimientos, relaciones con los machuchones del poder económico, posicionamiento internacional, y visión política para llevar a México a un segundo nivel de transformación, le sería más que suficiente para ganar el afecto del electorado y recibir la unción como el coordinador de los comités de defensa de la Cuarta Transformación.
Pasó por alto la voluntad del presidente, quien había diseñado su proyecto de nación con sumo detalle y exigencia.
Y no admitiría un sucesor que le quisiera cambiar siquiera una coma al proyecto.
Lo dijo reiteradamente, cada mañana lo explicó con palitos y bolitas.
A través de la palabra, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en un proceso de persuasión coercitiva, desplegó sobre su amplio auditorio de La Mañanera, el perfil de su sucesor.
Era cosa de mimetizar con la directriz presidencial.
Y Claudia lo hizo, ridícula y asquerosamente puntual, literal, textual.
Sonora se escuchaba a diario la voz pausada de AMLO.
“¡No se salgan del script!, y el primero que lo hizo fue Ricardo Monreal.
“Yo tengo mi personal proyecto de nación”, dijo.
Y “el pueblo” lo castigó con el 6.5% de su simpatía.
Ebrard fue un consentido presidencial. Se le dio todo. Incluso él hizo la corrección al modelo de recepción de las encuestas.
Él fue el artífice para que todas las corcholatas se ciñeran a su voluntad democrática, y renunciaran a sus cargos. Y que firmaran el famoso documento del 11 de julio,
Y al saberse superado en la intención popular, dijo: “ya no juego, y denme mi pelota que ya me voy”.
Nomamespancho.
La rabieta de no aceptar el conteo de cinco diferentes encuestadoras, que entre sí, coincidieron en que la mayoría dijo… QUEREMOS A CLAUDIA, lo desbarrancó y solo en horas, va cayendo, sangrante, hacia el despeñadero político.
Para cuando MC, o la Alianza Transgénero quieran levantarlo y sacudirlo, se llevarán únicamente los despojos, la zalea de lo que ha sido. Recogerán una cerveza azorrillada.
Está más que claro que Marcelo Ebrard no tiene ya espacio en Morena. Se apestó.
“Lo importante no es el cargo… sino el encargo.” Dijo AMLO en la mañanera.
“Estoy contento con el resultado, conozco a Claudia muy bien, y el proyecto queda en buenas manos.
Habrá continuidad con cambio”. Anunció.
Por su parte, los cuadros más cercanos al ex Canciller, decididos en seguirlo al despeñadero, anunciaron que será hasta el lunes que se tome una decisión.
Pero consideran la opción de aceptar la propuesta de MC, y eventualmente concretar con los del Frente Amplio Por México.
Voy por mis palomitas.
CARTAPACIO
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