Actualmente se desconoce qué produce las ráfagas de radio rápidas, pero en general se cree que las emiten estrellas moribundas de galaxias lejanas.
Un telescopio californiano a la caza de alienígenas captó docenas de misteriosas ráfagas de energía que atravesaban el espacio profundo.
Conocidos como ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés), estos fenómenos astronómicos se caracterizan por breves e intensos pulsos de ondas de radio procedentes de fuentes desconocidas.
El Instituto SETI captó 35 extrañas señales, observando una “notable caída en la frecuencia central de las ráfagas que sonaban como un “silbido cósmico de deslizamiento”.
Actualmente se desconoce qué produce las ráfagas de radio rápidas, pero en general se cree que las emiten estrellas moribundas de galaxias lejanas, también conocidas como estrellas magnetares.
Las estrellas magnetares tienen un potente campo magnético que, según los científicos, emite ondas de radio a través del espacio.
Algunos estallidos parecen ser eventos puntuales: menos del 5 por ciento de los cientos observados se repiten, en ocasiones de forma regular.
Sin embargo, científicos del Instituto SETI detectaron una utilizando el telescopio Allen Telescope Array (ATA), que continuó repitiéndose 35 veces en el transcurso de dos meses.
El descubrimiento confirmó las propiedades de las ráfagas que se creían, pero también llevó a los investigadores a descubrir nuevos patrones nunca vistos.
La fuente es una FRB situada en otra galaxia a unos mil millones de años luz de la Tierra.
Actualmente se desconoce qué produce las ráfagas rápidas de radio, pero en general se cree que las emanan estrellas moribundas de galaxias lejanas, también conocidas como estrellas magnetares.
Las estrellas magnetares tienen un potente campo magnético que, según los científicos, emite ondas de radio a través del espacio.
Algunos estallidos parecen ser eventos puntuales: menos del 5 por ciento de los cientos observados se repiten, en ocasiones de forma regular.
Sin embargo, científicos del Instituto SETI detectaron una utilizando el telescopio Allen Telescope Array (ATA), que continuó repitiéndose 35 veces en el transcurso de dos meses.
El descubrimiento confirmó las propiedades de las ráfagas que se creían, pero también llevó a los investigadores a descubrir nuevos patrones nunca vistos.
La Dra. Sofia Sheikh, autora principal, declaró:
“Este trabajo es apasionante porque confirma las propiedades conocidas de los FRB y descubre otras nuevas.Estamos reduciendo el origen de las FRB, por ejemplo, a objetos extremos como los magnetares, pero ningún modelo existente puede explicar todas las propiedades que se han observado hasta ahora”.
Estas explosiones suelen durar unos pocos milisegundos y la mayoría desaparecen, pero la repetición FRB 20220912A es conocida por su comportamiento único, que permite a los científicos determinar su ubicación.
El equipo observó una caída en la frecuencia de las ráfagas que, convertida en sonido, imitaba las notas de un silbido.
Las FRB han desconcertado a los científicos desde que fueron “escuchadas” por primera vez por radiotelescopios en 2007.
Avi Loeb, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, sugirió en 2017 que las señales podrían ser evidencia de exploradores del espacio profundo a miles de millones de años luz de la Tierra.
Loeb y su equipo determinaron que las fugas de los transmisores podrían dar lugar a breves destellos detectados aquí en la Tierra a medida que la vela de la sonda, el planeta anfitrión, su estrella y la galaxia se mueven en relación con nuestro mundo.