Nacer en verano y las horas dedicadas a los juegos de ordenador están vinculados a un mayor riesgo de desarrollar miopía corta o cercana (miopía) en la infancia, indica un estudio de gemelos, publicado en la edición digital de ‘British Journal of Ophthalmology’. Pero los tratamientos de fertilidad pueden ser protectores, sugieren los hallazgos.
La miopía se define como un error refractivo, lo que significa que el ojo no puede enfocar la luz correctamente, provocando que los objetos cercanos se ven claros, pero los distantes aparecen borrosos. Se puede corregir con gafas, cirugía con láser o lentes de contacto, pero la afección está vinculada con un mayor riesgo de deterioro visual y pérdida de visión en la vida posterior.
Y se trata de una enfermedad que se está volviendo cada vez más común: es probable que 4 mil 758 millones de personas en todo el mundo se vean afectadas en 2050, en comparación con mil 950 millones en 2010. Se piensa que los genes tienen un papel en el trastorno, pero no explican completamente la prevalencia creciente. Y dado el rápido desarrollo de los ojos en la vida temprana, los investigadores querían explorar posibles factores ambientales contribuyentes a lo largo del curso de la vida.
Estos expertos estudiaron a 1991 gemelos cuya edad era de 16.7 años, en promedio. Los gemelos nacieron todos entre 1994 y 1996 en Reino Unido, y participaron en el ‘Estudio de Desarrollo Temprano de los Gemelos a Largo Plazo’ (TEDS, por sus siglas en inglés).
Los ópticos proporcionaron información de sus exámenes oculares sobre la miopía, y los investigadores analizaron los factores demográficos, sociales, económicos, educativos y de comportamiento en las parejas gemelas de cuando estos niños tenían 2, 3, 4, 7, 8, 10, 12, 14 y 16 años, para captar etapas críticas del desarrollo infantil y ocular.
Los padres y maestros llenaron cuestionarios exhaustivos y los gemelos realizaron evaluaciones basadas en la web para proporcionar una amplia gama de antecedentes e información potencialmente relevante sobre los factores que podrían haber influido en el desarrollo de la vida temprana.
La edad promedio a la que los niños con miopía comenzaron a usar anteojos para corregir la afección fue de 11 años. Alrededor de uno de cada 20 (5,4 por ciento) tenía un “ojo vago” (ambliopía) y una proporción similar (casi el 4,5 por ciento) tenía estrabismo. En general, uno de cada cuatro (26 por ciento) de los gemelos fue miope.
Los factores más fuertemente asociados con el desarrollo de la miopía en los distintos puntos temporales fueron el éxito educativo de la madre (nivel universitario o de posgrado), las horas dedicadas a los juegos de ordenador y el nacimiento durante el verano. Las horas que pasan jugando a juegos de ordenador pueden no solo estar relacionadas con el trabajo cercano, sino también con menos tiempo al aire libre, un factor que previamente se ha relacionado con un mayor riesgo de miopía.
El nivel educativo también se ha asociado con la miopía, y como un niño en Reino Unido nacido en los meses de verano comenzará la escuela a una edad más temprana que los nacidos durante los meses de invierno, los científicos sugieren que este trabajo cercano puede acelerar el crecimiento de los ojos, que es responsable de la miopía.
Los niveles más altos de ingresos del hogar y las mediciones de inteligencia,en particular las puntuaciones de destreza verbal, se vincularon con un mayor riesgo, pero en menor medida. El tratamiento de fertilidad parecía ofrecer protección contra la miopía y se asoció con un riesgo un 25-30 por ciento menor.
Los investigadores, miembros de la Sección de Oftalmología Académica del ‘King’s College London’, en Londres, Reino Unido, especulan que los niños nacidos como resultado del tratamiento de fertilidad a menudo nacen más pequeños y un poco más prematuros, y pueden tener algún nivel de retraso en el desarrollo, lo que podría explicar la menor longitud del ojo y menos miopía.
No obstante, se trata de un estudio observacional, y como tal, no puede establecer una causa, dicen los investigadores, destacando que la investigación futura podría ser capaz de analizar la interacción entre la susceptibilidad genética y las influencias ambientales.