Para colocar en el pensamiento y corazón de la masa, la imagen de político comprensivo, conocedor de la problemática social, benefactor, y protector de la gente, hay que construir un mecanismo de difusión que penetre en todos los sectores de la población.
El tema de la comunicación es cada vez más importante, si el interesado en el poder desea acceder a él, conservarlo, o trascender.
Y conforme avanzan los tiempos, evolucionan también, instrumentos de difusión, tácticas y estrategias para persuadir, disuadir o manipular al ciudadano, ciudadana, o ciudadane.
Ya no es suficiente hacer desayunos de prensa, enviar boletines, hacer contratos de publicidad en los medios de mayor circulación, carteles, volantes y espectaculares. Entrevistas en radio y televisión.
Lo de hoy es, además de eso… contratar equipos de especialistas en creación de contenidos, diseño multimedia, fotografía, video, marketing.
Equipos de contención de daños, granjas de bots, para temas de respuesta inmediata, brigadas de opinión, sobre todo, de respuestas en contraste.
Y lo más novedoso, crear un team, de inteligencia política, investigación cuantitativa, cualitativa, visión de riesgo, análisis prospectivo, producción de comunicación estratégica.
¡Y redes sociales!
Los expertos en comunicación política, tienen maestrías, doctorados y múltiples especialidades. Son versados en el armado de modelos de comunicación basados en teóricos como Jacobson, Schramm, y Maletske, entre otros.
Expertos en pilotaje de ideas.
La conducción ideológica es la capacidad de guiar a un grupo o sociedad hacia objetivos comunes o lugares convenientes.
En el contexto político, la conducción se refiere a cómo los líderes implementan y comunican una ideología para movilizar a las personas y lograr cambios significativos o posicionamiento político.
Por lo tanto, quien tenga la visión profesional del manejo de este despliegue de especialistas, y obviamente, los recursos suficientes para poner en movimiento esta maquinaria, tiene mayor ventaja sobre sus adversarios.
Me conmueve observar en redes sociales, voces sueltas, espontáneas, simpatizantes de figuras sin oportunidad, que aspiran al poder, cuando ven que la aplastante imagen del adversario los comprime, optan por despotricar sin ton ni son.
¡De dónde sacas dinero ratero, para pagar tantos especialistas!
Y a los profesionales que trabajan en sus equipos… ¡Vendidos! ¡Traidores! ¡Sátrapas!
Y a los periodistas que hablan bien… ¡Chayoteros! Bla, bla bla.
Enseguida, la metralla, la crítica corrosiva: ¡En vez de gastar en comunicación tan cara, mejor tapa los baches!
Uno de los políticos que son vanguardia en México en el manejo de su imagen pública, lo es, el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar.
Hace un trabajo modular con al menos, tres equipos en la primera línea de refuego:
- El equipo tradicional de comunicación social, que difunde la información que se genera en la administración municipal. A cargo del peculiar, Charly Nájera.
- El equipo de especialistas en redes sociales, que se encargan de difundir la misma información del día, pero con el toque novedoso para Facebook, instagram, etc. Producción que se requiere para acercarlo a sectores diferentes. Sobre todo los jóvenes. Equipo que comanda, Daniel Mitsuo Shiguetomi.
- El equipo que lo acerca a los medios estatales, en sus visitas por la entidad. A cargo de Ángel Zubía.
En una segunda línea de análisis y control, trabajan especialistas que realizan faenas de análisis, investigación política, marketing, y comunicación estratégica. ¡Y claro! el acabado fino de las plumas.
Esta maquinaria difunde obra y gracia del personaje, de tal forma, que a sus detractores les deja como único recurso, EL GOLPETEO SISTEMÁTICO.
El quehacer de comunicación social en cualquier nivel de gobierno, requiere de una operación modular y escalonada, bajo la coordinación de un especialista en comunicación estratégica con el apoyo de comunicadores diestros en el diseño y operación de tácticas perfectamente diseñadas, con objetivos bien calculados.
No es trabajo de periodistas. Su labor es otra.
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