Tormentas de arena y lo perjudicial que es para los pulmones

Las tormentas de arena pueden traer ciertos riesgos para tu salud y pueden afectar los pulmones o los ojos.

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Tormenta de arena es el nombre que se le da a un fenómeno meteorológico caracterizado por fuertes vientos que levantan grandes cantidades de polvo y arena en el aire. Estas tormentas son comunes en regiones áridas y semiáridas del mundo, como el norte de África, Medio Oriente, Australia y el suroeste de Estados Unidos, pero también pueden presentarse en México.

Aunque visualmente pueden parecer impresionantes, también representan riesgos importantes para la salud. Inhalar partículas de arena y polvo puede provocar complicaciones respiratorias, mientras que la exposición prolongada puede afectar directamente la piel y otros órganos.

En los últimos años, organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han advertido sobre los efectos perjudiciales de la exposición al polvo en suspensión.

¿Cómo afectan las tormentas de arena a los pulmones?

Cuando una tormenta de arena ocurre, las partículas finas que transporta el viento pueden penetrar profundamente en el sistema respiratorio. A diferencia de las partículas más grandes que son filtradas por la nariz, las más pequeñas, conocidas como partículas PM10 y PM2.5, pueden llegar hasta los pulmones y alojarse en los alvéolos pulmonares.

Esta situación genera una respuesta inflamatoria que puede derivar en enfermedades como bronquitis, neumonía, asma y, a largo plazo, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, las partículas de polvo pueden contener sustancias químicas tóxicas, hongos, bacterias y virus que complican aún más el panorama de salud.

Según la OMS, la exposición prolongada a partículas de polvo en el aire incrementa el riesgo de cáncer de pulmón.

¿Cómo afectan las tormentas de arena a la piel?

La piel, siendo el órgano más grande del cuerpo humano, también sufre consecuencias tras una tormenta de arena. La exposición directa puede causar irritaciones, dermatitis, resequedad extrema e incluso infecciones cutáneas.

La fricción constante de las partículas de polvo sobre la piel favorece la aparición de pequeñas lesiones que, si no se tratan adecuadamente, pueden infectarse debido a los microorganismos presentes en el polvo.

Las tormentas de arena también afectan a los ojos

Otras áreas del cuerpo como los ojos también son muy vulnerables. Las partículas de arena pueden provocar conjuntivitis, irritación ocular severa e infecciones.

Por esta razón, en zonas propensas a tormentas de arena, se recomienda el uso de gafas protectoras y mascarillas para reducir el contacto con el polvo.

¿Cómo protegerse de las tormentas de arena?

Ante una tormenta de arena, es importante tomar precauciones para proteger la salud. Las principales recomendaciones incluyen: Permanecer en interiores y cerrar ventanas y puertas. Cubrirse nariz y boca con mascarillas N95 o superiores.

Proteger la piel usando ropa de manga larga y crema hidratante para evitar la resequedad. Lavarse los ojos y la piel con agua limpia después de estar expuesto.

Además, las personas que padecen enfermedades respiratorias preexistentes deben seguir las indicaciones de sus médicos.