De acuerdo con la tradición religiosa, el Viernes Santo se conmemora el día en que crucificaron a Jesucristo
Aunque para muchas personas la Semana Santa es el sinónimo de diversión y descanso, para los católicos es una de las fechas más emblemáticas de su religión y de su calendario litúrgico. En este día, los fieles conmemoran la crucifixión y muerte de Jesucristo.
Se celebra el viernes anterior al Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua, formando parte de la Semana Santa, una semana de profunda reflexión y veneración en el cristianismo. Por supuesto, hay una serie de rituales y servicios religiosos que reflejan el duelo y el sacrificio de Jesús en la cruz. Entre los ritos que celebran los católicos están:
El Vía Crucis: Es una devoción centrada en la meditación de las Estaciones de la Cruz, que representan los eventos sucedidos desde la condena de Jesús hasta su sepultura. Muchas comunidades realizan procesiones que recuerdan este camino doloroso.
La Liturgia de la Pasión del Señor: Es uno de los servicios más solemnes y característicos del Viernes Santo, que incluye la lectura de la Pasión según los Evangelios, oraciones especiales por la Iglesia y el mundo, la veneración de la cruz y la comunión. En este día, no se celebra la Misa en el sentido tradicional, reflejando el luto por la muerte de Cristo.
El Ayuno y la Abstinencia: Muchos fieles observan el ayuno y la abstinencia de carne como gesto de penitencia y solidaridad con los sufrimientos de Jesús.
La Adoración de la Cruz: En este día, la cruz recibe un lugar central en las ceremonias, siendo adorada como el símbolo del sacrificio salvífico de Cristo. Es común que los fieles se acerquen a besar o tocar la cruz en señal de veneración.
Actos de Reflexión y Oración: El silencio, la oración personal y la meditación sobre la Pasión de Cristo son prácticas recomendadas para interiorizar el significado profundo de este día.
Aquí algunas oraciones para el Viernes Santo
“Oh Dios, tu Hijo, Jesucristo, Señor nuestro, por medio de su pasión ha destruido la muerte que, como consecuencia del antiguo pecado, a todos los hombres alcanza. Concédenos hacernos semejantes a él. De este modo, los que hemos llevado grabada, por exigencia de la naturaleza humana, la imagen de Adán, el hombre terreno, llevaremos grabada en adelante, por la acción santificadora de tu gracia, la imagen de Jesucristo, el hombre celestial. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén”
También hay otra opción de oración para reflexionar durante este Viernes Santo:
“Mírame, ¡oh mi amado y buen Jesús!, postrado en tu presencia: te ruego, con el mayor fervor, imprimas en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, verdadero dolor de mis pecados y firmísimo propósito de jamás ofenderte; mientras que yo, con el mayor afecto y compasión de que soy capaz, voy considerando y contemplando tus cinco llagas, teniendo presente lo que de ti, oh buen Jesús, dijo el profeta David: “Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos. Amén.”
El Viernes Santo es, por lo tanto, un día de recogimiento, arrepentimiento y reflexión sobre el amor y sacrificio de Jesús por la humanidad, preparando a los fieles para la celebración de su Resurrección. En muchos países y comunidades, este día se observa como feriado oficial, permitiendo a los creyentes participar plenamente en las actividades religiosas programadas.