Justo y necesario el cambio de brochas

Por qué es importante limpiar las brochas de maquillaje y cómo hacerlo

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Si notas que las cerdas de tus brochas ya no son tan suaves o efectivas como antes, piensa dos veces antes de reemplazarlas, pues lo más probable es que necesites limpiar las brochas urgentemente.

Te contamos tres razones por las que debes mantener limpias tus brochas, así como algunos consejos para lavarlas:

Dile adiós al acné

Si no has limpiado tus brochas desde hace semanas o meses, no te extrañes al ver imperfecciones en tu cara. ¿Has pensado en la cantidad de suciedad, polvo acumulado, grasa de nuestra piel y células muerta que se encuentran en cada una de tus brochas?

Todo lo anterior se va acumulando cada vez que las usas, convirtiéndolas en una bomba de gérmenes para nuestro cutis.

Colores más intensos

La suciedad resta eficacia a los pinceles y brochas. Un pincel sucio no va a recoger la misma cantidad de producto que uno libre de impurezas y restos de otros productos. Además, puede llegar a estropear el producto y hacerlo inservible.

Si notas que tu sombra no pigmenta como antes, no le eches la culpa a la calidad del producto, se trata simplemente de la suciedad acumulada en el pincel.

Como nuevas por más tiempo

Seguramente en más de una ocasión has pensado que tus brochas parecían más suaves cuando las compraste. No es nada agradable una sensación de aspereza en nuestro cutis. Además, al maquillarte con brochas y pinceles ásperos, estás irritando y maltratando tu piel, lo cual da como resultado una piel rojiza.

Cómo limpiar las brochas y pinceles

Primero que nada, debes tener claro el tipo de brocha y el tipo de producto. Las brochas más delicadas son las de cerdas naturales, las cuales son óptimas para productos cremosos o a base de aceite. Las hechas de pelo sintético son mejores para productos sueltos como polvos y pigmentos.

Para limpiar las brochas de manera profunda, lo recomendable es lavarlas con jabón neutro y agua a temperatura ambiente. Si tu brocha contiene productos cremosos o de aceite, simplemente utiliza un desengrasante, como tu jabón de lavar trastes. Si, por el contrario, tu brocha o pincel contiene productos en polvo, un alcohol especial para brochas y pinceles es tu mejor aliado.

En ambos casos, utiliza un guante limpiador, que por sus diferentes texturas es ideal para quitar los restos más difíciles de maquillaje.

En el caso de las esponjas para maquillaje, lo recomendable es limpiarlas con un jabón especial, pero si es difícil conseguirlo, utiliza jabón neutro. Simplemente coloca tu esponja bajo el chorro de agua, vierte una pequeña cantidad de jabón y exprime. Repite ese proceso tantas veces sea necesario hasta que todo el maquillaje haya salido.

Si empiezas a limpiar tus brochas una o dos veces por semana, notarás una gran diferencia y tu cutis te lo agradecerá.