Buscapé, de la cinta Ciudad de Dios (2002), está de regreso con una secuela en serie, en la que pondrán de manifiesto cómo el arte, el deporte y el empoderamiento femenino pueden sobreponerse a lo vivido en las favelas
Caminar entre las estrechas callejuelas de las favelas de Sao Paulo puede ser un tanto complicado si no se está acostumbrado y más cuando las pendientes son pronunciadas.
La favela Jardim Iporanga, de la ciudad brasileña, tiene otro tipo de habitantes de los que viven, trabajan y disfrutan de sus calles: un equipo técnico, actores y periodistas como parte de la filmación de la serie Ciudad de Dios: la lucha no para, que estrena su primera temporada este 25 de agosto, por Max.
El show es la secuela de la película dirigida por Fernando Meirelles y Kátia Lund de 2002, con el entrañable personaje Buscapé / Wilson —encarnado por el actor Alexandre Rodrigues— de regreso en el papel principal.
Convertido ahora en fotoperiodista, Buscapé no es el verdadero protagonista, sino el empoderamiento de las mujeres, la comunidad negra dentro de las favelas y cómo el arte y la música también juegan un papel ponderante en estas comunidades.
Las protagonistas son las mujeres, desde la música con la hija de Buscapé intentando triunfar, como desde la cultura y el deporte. Las mejores practicantes de jiu-jitsu (en la serie) son mujeres”, comparte el director Aly Muritiba en un espacio del rodaje al que Excélsior tuvo acceso.
Justo el Centro Cultural de Jardim Iporanga ofrece actividades culturales y deportivas para los niños de la región y ahora es uno de los centros operativos de la filmación de la serie. A su alrededor, una cancha deportiva sirve como comedor donde, sin distinción, todos se reúnen para comer o para tomar un refrigerio cuando es necesario.
Incluso, como en la cinta de hace más de 20 años, gente de la comunidad trabaja como parte del equipo de seguridad, como extras o actores.
Hay niños que juegan futbol en la calle, con perros y cachorros persiguiéndolos, mientras que otros son más curiosos y siguen cada paso del staff. Un ligero ruido de una corriente de agua se escucha, mientras los adultos continúan su vida como si las cámaras y los actores no existieran.
Pero todos deben callar cuando se escucha “silêncio… ação”.
Unos 20 metros arriba de donde se encuentra el crew, Alexandre Rodrigues y la actriz Eli Ferreira (Lígia) graban una escena y ni el volar de una mosca debe escucharse.
En Ciudad de Dios, Buscapé deja la favela y en la serie se desarrolla como fotoperiodista. En una entrevista con medios latinoamericanos, entre ellos Excélsior, Rodrigues considera que la cinta dejó parte de la realidad afuera. Ahora cree que esta nueva visión mostrará la potencia de la gente que vive y lucha ahí dentro en busca del bienestar común.
Mi referencia de la comunidad es mi madre, que fue una mujer muy trabajadora, con dos o tres empleos a la vez, y estas personas son las que hacen esta comunidad. El 99% de la comunidad son trabajadores y el 0.01 son los bandidos…
No fue fácil volver a interpretar a Buscapé. ¿Qué más se podía decir que no fuera ya dicho?”, expresa, pero al leer la novela Ciudad de Dios de Paulo Lins, descubrió que había mucha historia más que contar.
El show, de seis capítulos y del que contaron ya se escribe la segunda temporada, se sitúa en Río de Janeiro, como en el filme, pero por problemas de seguridad con la milicia, no pudieron rodar ahí. Incluso, llegar a Jardim Iporanga, en Sao Paulo, fue de las últimas decisiones que la productora O2 Filmes tomó. Cuando comenzarían a rodar en otra locación, les cambiaron las reglas y ya no fue posible, expresa Wellington Pingo, productor de la serie.
Dos días antes de la visita al set en octubre pasado, la milicia prendió fuego a 35 autobuses en Río de Janeiro luego de la muerte de uno de sus líderes en un incidente con la policía.
Por ello, uno de los puntos de Ciudad de Dios: la lucha no para será mostrar cómo ha avanzado el crimen organizado, el racismo y la marginación que hay hacia la población negra, pero cómo las personas en comunidad pueden llegar a ser más fuertes y brindar esperanza ante esos desafíos, cuenta Muritiba.
El show se sitúa en los primeros años de este milenio. Recién liberado, un joven narcotraficante pone en jaque a la favela Ciudad de Dios y sus habitantes están atrapados entre el narco, las milicias y las autoridades públicas, “pero la necesidad de escapar de este ciclo hará que la comunidad se una para enfrentar al opresor”, dice la sinopsis.
Buscapé —en una relación problemática con su madre e hija, quienes aún viven en la favela— reside en Copacabana, trabaja para un periódico y narra la situación de la comunidad, cuando recibe la petición de una colega y activista que regresa de España, Lígia, para que le ayude en una investigación sobre los nuevos dueños del tráfico de drogas, los poderosos y una nueva fuerza en ascenso: las milicias.
Hace 20 años las milicias apenas empezaban y hoy (octubre 2023) prendieron fuego a 35 camiones en Río de Janeiro”, comparte Ferreira, quien llegó a la producción un mes antes de comenzar a filmar.
La cinta —que tuvo cuatro nominaciones al Oscar en 2004 incluida la de Mejor Director para Fernando Meirelles, quien estuvo pendiente del nuevo rodaje y es uno de los productores— culmina en los años 80 y esta secuela se sitúa 20 años después.
La estética de la película era más del cine latinoamericano de los 2000 combinada con elementos del cine de Estados Unidos de los 70 y 80.
La serie usa más referencias del cine africano; más colorido, no tanta cámara en mano, usamos drones y tenemos más control que el que había en el filme”, añade el realizador.
La presión y responsabilidad por llevar la película brasileña más vista y un clásico al streaming no se toma a la ligera y menos cuando, explica Pingo, jamás salió del inconsciente colectivo de la gente.
Vemos chicos que ni habían nacido cuando se estrenó y conocen a todos los personajes”.
Por ello buscarán conectar a través de sus historias y compartir esa visión de comunidad en las favelas a través del arte y del deporte, tal y como sucede en la locación de Ciudad de Dios: la lucha no para.
Todos se conocen y cuidan entre sí,; por ello, quienes no forman parte del colectivo, deben llevar un chaleco azul que los identifica como parte de la filmación.
La visita ha terminado. Los niños siguen jugando o corriendo con los perritos; el chaleco hay que devolverlo y regresar al caos de la ciudad; no a la de Dios, sino a la de Sao Paulo y su embotellamiento que parece eterno.
PARA SABER:
Serie original de HBO.
Producida por O2 Filmes.
Productores: Andrea Barata Ribeiro y Fernando Meirelles.
Dirección general: Aly Muritiba.
Segundo director: Bruno Costa.
Producción ejecutiva: Warner Bros. Discovery a cargo de Mariano Cesar, Anouk Aaron y Mônica Albuquerque.